(Por diversión)
Un Diablo convidó un Cura
a cantar por sus patrones:
afinan sus guitarrones
y prueban la entrastadura.
El sacerdote se apura
a cantar por Jesucristo;
el otro, que estaba listo,
contesta por Lucifer,
continúa por Luzbel
y termina por Mefisto.
El Cura, medio mosqueado,
improvisa una espinela
burlándose de la espuela
que le falta al Condenado.
El Diablo, que es aniñado,
ligerito se acalora
y dice con voz sonora:
¡no me vengai con macanas,
porque andai con la sotana
disfrazado de señora!
El Cura por San Gustavo,
y por El que hizo la luz;
el Diablo por Belcebú,
“porque es el más encachado”.
El Cura, ya está quemado
con el Malo y su argumento,
quiere cambiar instrumento
y cantar a lo Divino.
Pero el Otro es muy ladino,
y no cambia el fundamento.
Cantaron toda la noche,
los pilló el amanecer,
y luego al atardecer
seguían metiendo boche.
Cantaban por troche y moche
con sus dimes y diretes
el Cura con sus motetes
y el Diablo con su refrán;
de tan curados que están
se fueron a los puñetes.
El Diablo, rojo de vino,
ya no sabe lo que dice,
mientras el Cura maldice:
“¡que paren el remolino!”.
Canta el Diablo a lo Divino
y el Cura por el Averno,
El Diablo se siente enfermo
y el Cura se cae al suelo.
El Malo se fue pa’l cielo
y el Bueno para el Infierno.
Imagen: El demonio sosteniendo el misal a San Wolfang.
Pintura de Michael Pacher (1435-1498)
Así como los antiguos Poetas Populares realizaban la crónica de su tiempo relatando, aplaudiendo o rechazando aquellos acontecimientos políticos, sociales, naturales o fantásticos que los motivaban, intentamos revivir aquí aquella saludable práctica popular, utilizando los modernos medios de difusión.
sábado, 30 de octubre de 2010
domingo, 24 de octubre de 2010
DONDE SE COMENTA EL CASO DE LOS TREINTA Y TRES
Pa' empezar comento yo
el caso que ha conmovido
a nuestro Chile querido,
que otra vez se estremeció.
La historia se repitió:
peligrando en su trabajo
el obrero pela el ajo;
el peligro los acecha
en el campo o en la brecha,
sea arriba o sea abajo.
Día cinco, mes de agosto,
en la mina San José,
quedaron los treinta y tres
en un túnel muy angosto.
Por evitarse algún costo
–la Empresa de moledera–
se ahorraron la escalera
por donde hubieran subido:
no se sabe si están vivos
los hombres de la minera.
Comenzaron las labores
sin saber en dónde estaban
pues los planos no cuadraban,
aumentando los temores.
Llegaron trabajadores,
expertos y secretarios;
también llegaron los diarios
a indagar los pormenores.
La tele llegó, señores,
pa' llenar el noticiario.
LLegó la televisión
para contar lo que pasa:
todo Chile está en su casa
mirando la transmisión.
Pa'agravar la situación,
se comentaba en los diarios
que en pleno Bicentenario
–mostrando la hilacha y l'hebra–
la Empresa quiere la quiebra
pa' no pagar los salarios.
La farándula y su mundo
también estuvo presente;
se paseaba el Presidente
como patrón por su fundo.
Yo le advierto en un segundo:
se ha olvidado el terremoto.
Todos posan pa' las fotos
de las páginas sociales
y sonríen muy cordiales
abrazados a los rotos.
A los diecisiete días
una sonda halló el taller
"tamos bien", dice un papel
pa' la familia afligida.
La prensa ya fue advertida
y su fuerza multimedia
aprovecha la tragedia
transmitiéndola en directo.
Pa' que tenga más efecto,
la convierten en comedia.
Trajeron la maquinaria
y los sacaron con vida
en sesenta y nueve días,
en maniobra extraordinaria.
Pasó su vida precaria,
ahora son muy famosos;
en tanto, los poderosos
tratan de hacerse los lesos
pa' que no los metan presos
al fondo de un calabozo.
¿Y qué va a pasar ahora?
¿Habrá más seguridad?
¿Tratará la autoridad
de ser más controladora?
Esperemos, pues, señora,
que esto mueva las conciencias:
que no se usen influencias,
compadrazgos ni pitutos:
que el país sea más justo
pa' que impere la decencia
1)Fotografía: Primera imagen de los mineros atrapados.
2)Dibujo gentileza de GUILLO Guillo, página del autor: www.guillo.cl)
3)El famoso papelito.
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lunes, 4 de octubre de 2010
SE INAUGURA NUESTRA LIRA
Se inaugura nuestra LIRA
al modo de los antaños
y aunque se pasen los años,
la verdad no es de mentira.
Hay que ver cuando se mira
y mirar cuando se vé;
al derecho y al revés
comentemos los sucesos:
lo que falta y los excesos
lo futuro y lo que fue.
Zurdo Alberto
al modo de los antaños
y aunque se pasen los años,
la verdad no es de mentira.
Hay que ver cuando se mira
y mirar cuando se vé;
al derecho y al revés
comentemos los sucesos:
lo que falta y los excesos
lo futuro y lo que fue.
Zurdo Alberto
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