viernes, 29 de julio de 2011

EN LA QUE EL FAMOSO CID SALTEÑO ELABORA Y AÑADE ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA DICHOSA LETRA "G"

Si (como el griego afirma en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa,
en las letras de rosa está la rosa
y todo el Nilo en la palabra Nilo.


Jorge Luis Borges (El Golem)

Me invitó el amigo Lillo
a que escribiera en su Lira.
No hay problema en que me pida
un verso… algo sencillo.
Metí mano en el bolsillo,
escarbé, pero fue en vano.
Le diré pues al hermano:
Con la “g” como argumento
me largo ahora al intento
con este rumiar marrano.

Una cruel duda me acosa.
La formulo y no se asombren
¿Sin la letra falta el nombre
o también resta la cosa?
Que no existan más las grosas
guerras parece extraño.
El hombre, patibulario,
buscaría otras palabras.
Es matarse antigua hazaña
con o sin el diccionario.

Suponiendo aquí que falten
las letras, también la rosa,
cumpliré con esta honrosa
tarea, aunque me espante.
La encaré con buen talante
y enseguida reculé
al darme cuenta, vea usted,
que la cosa no es sencilla.
“Pasto” iría por “gramilla”
pero por “baguala”, qué?

¿Cómo dormiría a mis nietos
sin Gulliver y sin ogros,
sin gigantes y sin gnomos?
Habría que crear el cuento,
voy patentando el invento,
de un perro maula con botas.
Y una historia lleva a la otra:
¿Cómo el fútbol se vería
sin goles, sin gritería,
y sin gajos la pelota?

¿Si hablamos de medicina,
qué tal les suena otro cuento?
Se acabarían los ungüentos.
¡Basta de gripes y anginas!
Sin Viagra, sin cirugías.
Y, aunque ni yo me lo crea,
sin drogas y sin grageas.
Pero que no nos de pena,
ni cause vergüenza ajena,
siempre habrá una gonorrea.

Las semanas, sin domingo.
Créanme, no los engaño:
Once meses tendría el año,
cuatro serían los sentidos.
Perdonen si es que yo insisto
y en el recuento me pierdo.
Hasta aquí, lo que recuerdo:
Colores, sin gris ni negro.
Sin un ángel todo el cielo.
Y el borde, sin el agujero.

Luego de tantos faltantes
que se enumeran arriba
un consuelo quedaría.
Cuando al final de este viaje,
despojado de linajes,
el pobre cuerpo cansado
a que nos abra sus manos
vuelva a la tierra materna
-callada, oscura y eterna-,
no engordará más gusanos.

Se queda sin su Santiago
mi amigo. Y no es pamplina.
Me dejan sin mi Argentina.
¿Yo después dónde me paro?
Todo esto me suena aciago,
resulta cuestión muy cierta.
Todo a causa de una letra.
Y acá el relato termino,
sigan nomás su camino.
Por mi parte, hasta la vuelta!

Juan Carlos Cid
(desde Salta, Argentina)

sábado, 16 de julio de 2011

DONDE EL POETA GUSTAVO DONOSO DA CON ESTE ESCRITO QUE ESCRIBIÓ ALGUIEN QUE SEGÚN PARECE ERA ÉL EN EL DOS MIL OCHO, PORQUE NO TIENE FIRMA NI PUNTUACIÓN Y PUNTO.

Hoy 13 de octubre del dos mil ocho

Si usted cree que terminó la dictadura en los años recientes y para siempre está equivocado usted don Paulino don José señora Hortensia tan simpática don Rigoberto don Mateo don Lucas y la señora Juanita

Perdone que así nomás se lo diga a usted también don Pedro

Es un error de concepto lo digo con el debido respeto académico

Si la dictadura fuera una sola no sería cosa más que de desarmar y vamos cantando y bailando y san-se-acabó

Pero la dictadura es tan de fácil instalar como circo en pueblo chico y descontado lo que ambos circo y dictadura puedan tener de semejanza y respetemos las diferencias que ambos sostienen

Por ejemplo tenga usted presente que ningún circo llega para quedarse y no hay dictadura que se respete que esté aquí sino para perpetuarse con sus usos abusos cumbres costumbres y servidumbres por los siglos de los siglos amén y para siempre

De un momento a otro la dictadura tiene instalada su mise en scène y es como una planta de muy porfiadas raíces como el monstruo de cien cabezas en la leyenda antigua tan antigua como la cueca del ciento pies que es de tantas patas según dicen O un trompo cucarro que tuviera lienza sin fin y por una eternidad y algún tiempo más

Se sabe cuando empieza pero nunca cuando hierve la tetera Le cortan un brazo y le brota cien patas por el otro y no hay huaso que dome al potro chúcaro

Elimina a los que hablan muy fuerte y salen a cada rato con la monserga de unos derechos humanos que no sé de dónde salieron

No le gustan los profetas denunciadores ni los poetas que hacen canciones protestadoras

Le gustan las viejas que más que viejas parecen gallinas cluecas y encuentran tan buenmozo al dictador con sus ojitos azules y sus señora tan sencilla

Desconfía la dictadura de los que callan porque pueden estar pensando pacallao y eso es de lo más peligroso que se puede hablar

Más vale que se te apolille la sesera pero vivirás tranquilo y sin novedá

Hay dictadura ayayay



Hablemos claro de las dictaduras porque hay varias y algunas engendran a otras

Existe la dictadura madre la dictadura hija y la manta que las cobija

Es hipócrita confianzuda espontánea mañosa la dictadura se tiñe el pelo se disfraza de lo que venga y convenga y cuando usted va de ida ella viene de vuelta y con las manos llenas de sangre y de plata

Existe en política la dictadura de izquierda sí señor la dictadura independiente por supuesto y la de centro comonó

Y sobre todo la de derecha y cía como se usa y corresponde dos tortolitos en su nidal y a pesar de sus averías y desaveniencias seguirán unidos en sociedad de socorros mutuos hasta que alguna muerte los separe aunque no vaya usted a decir que alguna vez han sido partidarias del divorcio

Existe una santa y bienventurada dictadura eclesiástica que con una mano te bendice y con la otra te golpea para que te hagas santo santo santo a la fuerza y con santa paciencia

La dictadura educacional básica media técnica y universitaria y doctrinaria con su propia jerga erudita y su propia pedantería dromedaria que enseña lo que no siempre practica y otorga títulos y diplomas siempre que pagues lo que debes asegura a los ingenuos que no tendrán que volver a estudiar en subida ni embajada salvo que quieras hacer alargar tu currículo

Y está muy viva la dictadura comercial del mall y el supermercado y astuta con tarjetas de este color y el de más allá con lo que no te puedes perder ni dejar pasar la oportunidad para que puedas comprarte con facilidad nuevas dificultades lo indesperdiciable que necesitas y lo que no

La dictadura patronal tan conocida pero no le digas a nadie que yo te lo dije que engendra la dictadura sindical que a veces la imita y refleja y qué-le-vamos-a-hacer total es el modelo

La diaria dictadura de prensa y radio y televisión se ve lee y escucha de día y de noche en cualquier lugar del país y está llena de imperdibles que no te puedes perder si no vas a ser un perdido

La dictadura del con dominio cuyo alimento es el pel hambre tan entretenido pues niña si uno sabe con quien le toca vivir como si todos fueran iguales qué se han creído

La dictadura de los viejos la de los niños y la de los jóvenes que juegan a la pelota te rompen un vidrio y después quieren que les devuelvas la pelota que meten bulla hasta las no-sé-cuánto de la madrugada y qué vamos a hacerle están en su derecho

La del dueño de casa la de la dueña de ídem la de la nana y la cuenta de la luz del agua del teléfono y el gas y de las tarjetas que son el dinero de estos tiempos y aunque no compres tienes que pagar por la mantención de no-sé –qué

Y pa-qué hablamos de la dictadura del médico la enfermera que abra la boca saque la lengua no respire diga treintaitrés tómese estas píldoras cada dos horas y media mientras más amarga mejor y tráigame un examen de deposiciones de orina un electroencefalograma un telefonograma un electrocardiograma y tantos días en cama vuelva en quince días y no se olvide de traerme el bono

Y no echemos al olvido la dictadura del perro del gato del loro

Hay dictaduras ayayay Hay dictaduras ayayay



Sólo sé que hay una dictadura en aire mar y tierra a pesar de los pájaros los pescados y las plantas

Sí mi general no miento en todas partes menos en el regimiento nosotros luchamos heroicamente por la libertad de la patria la bandera y la jubilación con el trueno del cañón más el canto del clarín igualmente que los heroicos marinos los sacrificados bomberos los esforzados carabineros y los independientes jueces y los secretos investigadores y policías secretos

No se ría usted don Pedro don José señora Hortensia don Rigoberto doña Juanita don Ruperto señora Sinforosita don Hermenegildo señora Erika don Rónal señora Daiana don Lupercio señora Giovana
Hay dictaduras ayayay Hay dictaduras ayayay Hay dictaduras ayayay