¿Y qué voy a hacer ahora
que no hubo acabo de mundo?
¡Me encalillé con un fundo,
ya tengo una cuota en mora!
Pa’ cuando llegue la hora,
junté agua en la piscina,
una estufa a parafina,
un lindo par de bototos,
cinco kilos de porotos
y una buena carabina.
Pa’ cuando llegue la hora,
junté agua en la piscina,
una estufa a parafina,
un lindo par de bototos,
cinco kilos de porotos
y una buena carabina.
Construí un bunker profundo,
compré boina de comando,
porque iban a andar robando
todos los zombis del mundo.
Por creer en el infundio
hice un hoyo al fondo ‘el patio,
donde junté kilovatios
para tener energía,
y leer como a luz del día
la carta Fides et Ratio.
Conseguí un traje ‘e combate,
un pijama, bacinilla,
cuatro juegos de bombillas
y un saco con hierba mate.
Una cama de petate,
una bota llena ‘e vino,
una cabra y un cochino
por si falta la comida.
También un paracaídas
por si yo fuera abducido.
¿Cómo le iba yo a pensar
que fallaría el Baktún!
¡Que lo hicieron al tuntún
sin volverlo a revisar!
Ahora tengo que pagar
las cosas que me compré.
En un momento pensé
que nadie me cobraría
pues todo sucumbiría
el veintiuno que se fue.
Se ordena la despedida
por este mundo y su fin;
por las vueltas del serpentín
en que destila la vida.
Ya no se puede confiar
ni en mayas ni en Nostradamo,
así, mejor nos quedamos
con lo que dice la ciencia,
dejando falsas creencias
en el bunker que cavamos.
ni en mayas ni en Nostradamo,
así, mejor nos quedamos
con lo que dice la ciencia,
dejando falsas creencias
en el bunker que cavamos.
Imagen: doodle de Google
