Si le sirven osobuco,
amigo, no se haga el leso;
no se entretenga en el hueso
ni lo deje por pituco:
El huesito es como el truco
con que se envuelve un problema,
y nos enfrenta al dilema
de dejarlo ahí, tranquilo,
o pidiendo a Ariadna su hilo,
entrar do las papas queman.
Hecha ya la introducción,
con esta médula a punto,
examinemos pues, juntos,
el sabor de esta cuestión:
Se hizo la exhumación
del Presidente inmolado,
nombrándose un magistrado
que determine el deceso.
¡Todo el mundo sabe eso:
lo causó un Golpe de Estado!
Lo entierran en Santa Inés
sin hacerle funeral;
luego lo hacen exhumar
para saber si es que era él.
Después lo hacen traer
a que venga a descansar
aquí en su tumba final,
y lo vuelven a sacar
con el fin de averiguar
cuál bala fue la fatal.
¿Fue suicidio, asesinato?
Fue asesinato y suicidio,
porque este magnicidio
tiene los dos retratos.
La médula de este plato
es la muerte de una historia,
pues con violenta victoria
se impuso la intolerancia;
falleció la democracia,
pero no nuestra memoria.
Busque, pues, la medulita,
que investiga el magistrado;
no se olvide del pasado
ni la traición maldita.
Amigo, nunca permita
que lo atragante este hueso.
Sabemos que no hay regreso
y constatarlo es muy duro.
De qué murió, le aseguro,
verá que no vale un peso.
El hueso es contar los tiros;
la médula, la traición
que sometió a la nación
al arbitrio de otro giro.
Amigo, yo no me admiro
de que vayan por las ramas,
porque aquí se hace la cama
a la verdad sustanciosa
y la mentira es la ososa
pa’ que el quiltro se relama.
Imágenes:
Lentes de Salvador Allende:elpolvorin.over-blog.es
Soldados chilenos quemando libros, www.perro-boca.com. Fotógrafo: Koen Wessing
Palacio de la Moneda bombardeado: www.fundacionsalvadorallende.cl. Fotógrafo: Luis Poirot
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