
Ayer salió el Presidente
hablando en televisión
para dar un notición
que asombraría a la gente.
Como es muy inteligente
y quiere comprar la Gloria,
lo leía de memoria
sin mostrar el papelito.
Y dijo a los parvulitos:
“¡YA NO TENDRÁN MÁS HISTORIA!”
“No se ocupen del pasado
piensen sólo en el futuro
que vendrá –les aseguro–
el día menos pensado”.
Añaió el encorbatado:
“Les digo con mucha euforia
que será satisfactoria
esta ley clarividente”.
Y les dijo a los docentes:
“¡YA NO ENSEÑEN MÁS HISTORIA!”
Si alguien tiene en su pasado
algún hecho que ocultar,
por supuesto, ha de tratar
que sea pronto olvidado.
Y añadió muy inspirado:
“¿Para qué gastar memoria
en cosas tan transitorias
que no son trascendentales”?
Y dijo a los colegiales:
“¡YA NO ESTUDIEN MÁS HISTORIA!”

“¡Puras guerras y combates,
Presidentes traicionados,
armisticios y tratados
con que les llenan el mate!”
“Lea el silabario Matte”
–dijo en forma perentoria–
“si quiere cantar victoria
y ser un hombre importante”.
Y dijo a los estudiantes:
“¡NO ME VENGAN CON HISTORIAS!”
“¡Esta sí es revolución,
no como las anteriores!:
¡Opinaban profesores
en temas de educación!”
“¡Yo le exijo a la Nación!:
comprendan la sumatoria,
la cultura es transitoria
y es un tema superado.”
“Señores apoderados:
¡HASTA AQUÍ LLEGÓ LA HISTORIA!”
“Y si les da por leer
se les secará el cereuro;
nunca tendrán ningún euro
ni llegarán al poder”.
“Y si quieres aprender,
–como dijo San Lucrecio–
muchacho, tiénete aprecio
y cultiva tus valores:
contrata unos corredores
en la Bolsa de Comercio”.

Foto central: un funcionario presenta el modelo de nuevo alumno chileno.
(Tomada de legox.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario