Yo quisiera no tener
que comentar ciertas cosas,
mas la Lira es rigurosa:
escribir es mi deber.
Es duro el acontecer
de la vida cotidiana:
el martes en la mañana,
viajando tranquilamente,
se produjo el accidente
que cobró vidas humanas.
Venían esos viajeros
desde Llolleo a Santiago,
¡ese día tan aciago!,
haciendo el viaje postrero.
Cambió el bus su derrotero:
se desvió en la carretera
destrozando la barrera,
y de manera imprevista
se pasó hacia la otra pista
estrellando a un camionero.
Veinte personas sin vida,
entre ellos, los conductores;
soportando sus dolores,
dieciseis quedan heridas.
La gente fue socorrida
por algunos parceleros.
Carabineros, bomberos
y una Unidad Militar
que pasó por el lugar,
sacaban los pasajeros.
Se dice que la autopista
no cumpliría las normas
acusando de esta forma
que alguna desidia exista.
Dicen los especialistas:
"barreras de contención
no detienen el envión
de un vehículo mayor".
¿Fue necesario este horror
pa’ saber esa cuestión?
Cuando escribo estas razones
ya están muertos y enterrados;
¿los habremos olvidado
al salir de vacaciones?
¡Que se tomen las acciones
necesarias, con premura!
¡Carreteras más seguras
necesita este país
y al negociado feliz
se le aplique mano dura!
Imágenes: litografía y xilografía de la extraordinaria artista alemana Käthe Kollwitz (1867-1945) que expresan la universalidad del dolor humano
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