De Rapanui, noticieros
nos hablan del desalojo.
Para apalear a su antojo,
mandaron carabineros.
A los dueños verdaderos
les niegan la propiedad
y mandan la autoridad
para imponer sin conciencia
el orden de la violencia,
usurpando la verdad.
Por otro lado, al mapuche
le está pasando otro tanto
y sigue con sus quebrantos
pues no hay nadie que lo escuche.
No se permite que luchen
por sus tierras ancentrales
y en recursos judiciales
–con testigos contratados–
sin pudor, los abogados
los tratan de criminales.
Los gobiernos siempre evitan
dar audiencias a la gente
para escuchar lo que sienten
o saber qué necesitan.
Como nadie escucha, gritan;
y entonces el gobernante
–haciéndose el importante–
“no conversa con violentos”;
y así se da vuelta el cuento
tanto ahora como antes.
Reajustes salariales
se piden al Ministerio
y pa’ nadie es un misterio:
nunca es justo lo que sale.
Como todos los mortales,
reclaman por el sustento,
provocando el descontento
de otros, que en su pellejo,
no andarían muy re lejos
exigiendo un aumento.
Se suceden las noticias
con rapidez abismante;
a mí me falta el talante
y me falla la pericia
para cubrir con justicia
los temas que van surgiendo.
Pero les sigo escribiendo
a mis lectores casuales,
tocando temas actuales
pa’ que me sigan leyendo.
Imágenes: desalojo en Rapa Nui. Cansancio durante manifestación mapuche. Huelga de asalariados en el siglo XIX.
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